domingo, agosto 31
Si alguna vez creí que esto nunca sucedería hoy me sorprendo por la rapidez de su llegada, por la fuerza de su decisión y por el impacto de su pisada.
Si alguna vez quise remontarme al momento en el que ambos éramos otros, y en el que nos entendimos mejor que nunca, hoy es lo que menos deseo.
Si alguna vez te quise cerca, te desee mío, estaba equivocada, no sabía lo que quería y me convencías con lo poco que ofrecías.
Si alguna vez localicé mis esperanzas en vos, y me creí, ingenua, que cambiarías, hoy puedo ver el tamaño de mi fe, y entender que puedo focalizarlo en algo que valga la pena y que me dé felicidad y satisfacción, que tenga prosperidad de cambio y de progreso.
Si alguna vez pensé que me tomaría esto con bronca, resentimiento o dolor, hoy sé que no siento más que lástima, por tu alma, tristeza por vos, decepción por mí, y felicidad por haber captado las señales luminosas que me advertían lo que se venía, el camino sin salida al que estaba por entrar, al que supe esquivar y el que me dejó retomar el camino.
Estoy en camino, un mejor camino.
