15/11

miércoles, noviembre 19

No hacía tanto calor como ayer y caminábamos calle abajo con el viento pasándonos exaltado, travieso, descontrolado y arremolinando mi pelo. Volvimos porque no había nadie y sé, no te gustó volver tan rápido, yo te hablaba y no paraba, no había silencios en el ambiente. Quizás trataba de aprovechar el tiempo por si no te volvía a ver, o pensaba que la noche se pasaría tan rápido que no me alcanzarían las horas, los minutos, y los segundos para hablarte y contarte todo lo que no había podido decirte. Ahora caminábamos calle arriba con un destino exacto y seguro.
El viento parecía no querer perderse esta noche, era testigo fiel junto con las nubes y los besos. La música no faltó, fue parte de nosotros la noche entera, ni ella quería separarse de nosotros ni nosotros de ella, era el complemento perfecto a las palabras, a las charlas, a los besos, a los silencios.